Mi interés en la fotografía comienza desde mis primeros años de estudio en diseño de interiores.

Es durante mi trabajo como interiorista en un estudio especializado en el diseño integral de hoteles, restaurantes y viviendas, donde comienzo a fotografiar el proceso creativo del proyecto en su conjunto: el antes y el después. Inicio de forma natural la memoria histórica visual de los propios proyectos del estudio: tendencias, elementos y materiales empleados. 

Lo que empieza de forma más o menos autodidacta se refuerza con cursos de formación reglada en fotografía de arquitectura e interiores. Ahora un trabajo de interiorismo, sea del calado que sea, no está completo sin su reportaje fotográfico y esta idea es cada vez más compartida por otros compañeros. Ha sido precisamente la fotografía la que me ha permitido conocer el trabajo de otros profesionales de este ámbito y me ha facilitado crear vínculos de colaboración con ellos, tanto como fotógrafa como interiorista. Es gratificante y enriquecedor compartir inquietudes, ideas, dificultades y proyectos y poder fotografiar los espacios que se crean. Cuento con la confianza de todos ellos que supone el mejor impulso para continuar aprendiendo y avanzando cada día tanto en lo profesional como en lo personal.